Estoy seguro has tenido la necesidad de acudir a un médico u hospital en algún momento de tu vida. Derivado de ello me podrías contar varias experiencias malas, tal vez algunas terroríficas pero la realidad es que, a menos de que tengas relaciones que te permitan conectar con excelentes médicos, el hecho es que las experiencias extraordinarias se resumen a unas cuantas, incluso el criterio para hablar de ello, es el resultado positivo que tuviste respecto al padecimiento que te llevó a la necesidad de acudir a un servicio médico.
En algún momento escuché del Dr. Alejandro Pérez Ángeles decir; “yo curo personas no enfermedades” y quiero abrir mi corazón, mientras escribía esta redacción, recordé a una admirada y muy querida “doctorcita” como la llamaba mi papá, quien en cama de hospital viviendo sus últimos días, en clara conciencia de que su avanzado cáncer era incurable, esperaba todos los días la visita de la Dra. Nubia Nol, quien aunque no tenía el poder de curarle esa terrible enfermedad, el amor y pasión con que lo visitaba y las palabras de aliento que siempre le daba eran suficientes para que el espíritu de mi padre estuviera sano y cada día al preguntarle cómo se sentía, el siempre contestó “bien”.
Para muchos médicos y en general personal tratante de pacientes y enfermos, se vuelve tan familiar vivir entorno a las enfermedades y sus padecimientos, que el sentido humano de ser un medio para alcanzar la salud más bien se vuelve el camino mercenario para cobrar cantidades estratosféricas y sin piedad a gente que con tal de lograr su salud, están dispuestos a pagar lo que les pidan.
Como profesional de los negocios, entiendo que hay servicios de alta especialidad, calidad y de élite que requieren ser cobrados por encima de los altos costos, pero lo que no puedo aceptar es el hecho de saber que hay altos costos que en volumen se prorratean y en consecuencia deberían poderse cobrar a menor precio, sin embargo esto casi no sucede.
Sin duda la industria de la salud es un negocio millonario, pero creo que se ha llevado a un grado extremo de lucrar a partir del dolor de las personas y la necesidad de obtener salud.
Pero por qué hacer referencia a algo que ya se sabe, si en la conciencia de quienes requerimos contratar servicios médicos en cualquier momento, al final lo importante en ese instante es la posibilidad de una cura y hacer todo lo posible por lograrlo. Porque creo que es un área de oportunidad para médicos jóvenes, que sin duda, hoy tienen un nicho de oportunidad prácticamente virgen.
Lo mejor de todo es que, no requiere de más años de estudio ni certificaciones especiales, se trata de elevar a un grado humano el sentido de amor al paciente, se entiende que un médico decide serlo porque le apasionan las ciencias médicas, pero tratar a cada paciente con amor y sentido de ayuda para sanar a la persona, creo que puede hacer una diferencia sustancial en el éxito de emprender en la industria de la salud.
En mi libro RESCATA TU EMPRESA, escribí un capítulo titulado “la magia del servicio al cliente” en el que planteo los beneficios extraordinarios que se generan para cualquier empresa sin importar la industria o giro al que se dedique, mientras se trate de interactuar con personas, el trato con calidez, educación, honestidad, profesionalismo, siempre harán que esa empresa se vuelva de élite y no será necesario invertir millones y millones en tecnología, lo único que en extremo se requiere, es un sentido humano y apasionado de tratar a las personas con amor.
Si un día tienes el deseo de ver una película en el cine y el trato es pésimo, lo más probable es que no regreses jamás a ese lugar y busques cualquier otro que te ofrezca un mejor trato.
Pero si lo mismo sucede en el caso de un hospital, clínica o médico, entonces las decisiones se complican, porque ya no solo es un tema de buscar otro lugar, es probable que sea la única opción debido a que sean lo especialistas, o tengan un equipo especial único, tal vez tiene el beneficio del servicio médico como prestación, y entonces ante todo esto terminas quedando a merced de la buena voluntad de las personas sin oportunidad de elegir el lugar para ser atendido.
A pesar de cualquier mal trato, lo único que queda es resistir y aspirar a la posibilidad de ser atendido del padecimiento en cuestión.
Por eso es que, en un contexto emprendedor, podría considerar que la industria de la salud es un nicho de amplias oportunidades de negocio, pero más allá de pensar en lo lucrativo que puede ser, el hecho mismo de ayudar a otras personas a tener una mejor calidad de vida, ya sea por la cura total de una enfermedad o por llevar con eficacia tratamientos paliativos ante enfermedades terminales, el sentido humano puede ser el punto de partida para innovar y crear nuevos modelos de negocios que permitan ofrecer servicios médicos de calidad a precios más accesibles.
En cualquier negocio, ofrecer verdaderos beneficios a los clientes o usuarios, por naturaleza atrae la abundancia, por ello creo que el único reto económico es mantener el negocio en estándares de rentabilidad y la riqueza del negocio vendrá no solo por el lado económico sino en la satisfacción de ayudar a miles de personas elevar su calidad de vida.